Un enorme hueco obstaculiza el paso de peatones y vehículos por la calle 23 de Enero, del barrio Canaima en Miguel Peña. Durante años el cráter ha sido motivo de quejas entre los residentes, quienes pidieron a la gobernación realizar trabajos de asfaltado.
Con el deterioro progresivo de la calle, ningún conductor se atreve a circular, prefieren tomar vías alternas, pues el hundimiento es considerable, pero el agua estancada impide determinar su profundidad.
María Sequera, vecina, comentó que en 20 años que ha vivido en esta comunidad, siempre ha estado el mismo hueco. “Personalmente no he visto que lo hayan reparado”. La colocación de escombros por parte de los vecinos es lo único que ha retrasado el deterioro, pero ahora ni eso funciona.
Además de la lluvia que se queda estancada, las aguas residuales que recorren toda la calle se empozan en el área, trayendo olores molestos para los vecinos, quienes tienen mucha precaución con los niños para evitar enfermedades.
Sequera calificó como “desagradable” el panorama al que están expuestos. Tanto ella como otros lugareños sienten que ningún organismo gubernamental se preocupa por ellos. “Soy una de las más afectadas y entre las moscas y la putrefacción paso todo el día”, lamentó.
Habitantes recordaron que con las fuertes precipitaciones registradas en la región, el canal que atraviesa el sector se desbordó inundando las casas, muchas mantienen las marcas de barro en las paredes.
La falta de mantenimiento de este canal, es la principal razón para provocar la anegación, dijeron los moradores. “Es fácil darse cuenta que en mucho tiempo no se ha limpiado, el monte está bastante alto y la cantidad de basura es exagerada”, dijo Carlos Monzón, denunciante.
En las calles todavía se encuentra la tierra y los desperdicios que arrastró la crecida del canal, por eso los moradores exigieron se haga el debido mantenimiento, para evitar futuros incidentes. Recordaron la urgencia de atender sus necesidades.
